Bienvenido

Author: Rodrigo D. Granados . /

Hay una canción que dice que todos necesitamos un sitio al que llamar hogar; para unos, este puede ser un bar, su trabajo o su ambición. En mi caso, soy un hombre casero. Me gusta disfrutar de ese lugar especial en que podemos ser quienes somos; sin modificaciones exógenas de protocolo o respeto a las expectativas del “otraje”, como definiría agudamente Fernando Pessoa a los entes fronterizos con uno mismo. Mis normas de etiqueta son extranjeras al mundo, porque, a solas, su utilidad es apenas un compendio de acciones prácticas que operan el sistema de vida que me doy, basado en mis convicciones y gusto. Este es mi tercer hogar, después de haber desertado de uno y perdido otro; y como dicen que a la tercera va la vencida, debería yo alegrarme de haber llegado a puerto. No lo haré, porque he aprendido que todo puede cambiar,  y no hay vencidas para el destino; me dedicaré a vivirlo con intensidad cada día, como si fuera el último.  Como propusiera Montesquieu dedico un minuto cada día a pensar en la muerte, para poder gozar el resto del día con perspectiva, y si eso es pesimismo prosaico, ¡Bienvenido sea a esta casa!

18 comentarios:

mangeles dijo...

¡Qué bonito hogar¡ A pie de puerta de la calle, con árboles...con luz...con espacio...acogedor y bello.


Que lo disfrute mucho D. Rodrigo.

Muchos besos de día de mujer trabajadora.

Anónimo dijo...

¿Y la tele?

Rodrigo D. Granados . dijo...

Debajo de la muñeca vestida de faralaes Don Anónimo

maria varu dijo...

me gustan sus normas de etiquetas, las cuales comparto, también eso de dedicarle un minuto a doña muerte, al fin y al cabo más lejos o más cerca nos ronda siempre, y por supuesto sus gustos caseros... vamos! que eso de segundo o tercer o el que sea poco importa, el hogar es donde estemos ahora...

un abrazo casero don Rodrigo

tequila dijo...

Hay quien dice que cada cual es de allí donde se encuentra: yo no lo creo. El hogar se hace, ciertamente, pero hay lugares más apetecibles a los que designar con tal sustantivo. Así encontramos sitios de paso, otros que nos son impuestos y a veces… si tenemos suerte un lugar en el que la simbiosis nos aporta la calma y bienestar necesarios para considerarlo HOGAR.
Le envidio Sr. Granados. Como homeless ;en todos los ámbitos que menciona; no me queda otra que admirar sus despertares: esos en que abre las ventanas para dejar que el día lo invada todo.
Creo que tiene mucha razón cuando apunta las expectativas ajenas como factor discordante de la convivencia… o quizá no hablaba de eso y como suele ocurrir cada uno lee a conveniencia.

Besos

Verdial dijo...

Sabes, es curioso, me he identificado casi con todo lo que has escrito. La única diferencia es que yo continúo en el mismo hogar.

Un abrazo

iliamehoy dijo...

Y hace bien en saber que tres nos es definitivo, en pensar que no todos los cambios son buenos, pero sobre todo sobre todo, en conservar y observar su normas internas.
Una sonrisa

VolVoreta dijo...

Tras desertar y perder …Bienvenido al hiperrealismo mágico que supone haber alcanzado el realismo onírico, es como pasar del optimismo al pesimismo para llegar a la realidad. Que transcurra el tiempo, el que quiera pues él es el amo, y que diga la última palabra. Mientras tanto, escucha cómo el sonido de las campanas se cuela por la ventana cantando …”Home, sweet home”

Te dejo un beso, Rodrigo.

p.d. por cierto, querido, abusando de una confianza que, aún, no me ha otorgado el tiempo...no te reconozco con ese disfraz ¿dónde han ido a parar los adorables tornillos?

Anónimo dijo...

Qué texto más sabio!!!

No hay que aferrarse mucho a las cosas, pues, como usted sabe, muchas se pierden; pero sí hay que hacer, de las cuatro paredes y los objetos queridos, un hogar. Un hogar que se disfrute mientras está, que se hace nuestro, que nos contiene y protege.
Yo también pienso cada día en la muerte; me siento y me vivo mortal para disfrutar de la vida. Esa vida que procuro vivir con la mayor intensidad.
Un saludo

Conciencia Personal dijo...

Mi hogar fue en la infancia, más adelante podría decir que nunca he tenido un hogar estable, son nómada.

Será que la edad vuelva hogareño a un persona???


Un abrazo lleno de amistad, Monique.

Antígona dijo...

Parto de la idea de que no hay verdadero hogar para el hombre sobre una tierra de la que tarde o temprano habrá de ser desalojado, en la que tan sólo se le permite alcanzar la categoría de huesped o inquilino provisional. Pese a todo, lo más parecido a ese verdadero hogar lo encuentro en primera instancia entre los brazos de aquellos a quienes amamos, y también, como tú, en la propia casa, en el ámbito en el que podemos refugiarnos del mundo y de los otros y cuyas puertas cerradas hacen caer la mayor parte de nuestras máscaras cotidianas.

Poco importa si esa casa va cambiando en el lo que respecta a su materialidad física o ubicación geográfica. Lo que realmente la define es la sensación de saberse en ella a resguardo mientras fuera descarga la tormenta o el ruido atronador del tráfico.

Me pilla usted, qué causalidad, pergeñando un post sobre la necesidad de pensar en la muerte. Aunque espero que no acabe siendo al final ni pesimista ni prosaico :P

Un beso!

Pombolita dijo...

El hogar la mayoría de las veces refleja nuestro manera de ser y nuestro estado de ánimo. El suyo ya se ve que es bueno en todos los sentidos. La fotografía, en realidad todo el blog, nos habla de una cabeza bien ordenada y serena. Seguramente importa poco el espacio, las condiciones atmosféricas y el lugar, usted el hogar lo lleva dentro Don Rodrigo.

J.M. Ojeda dijo...

¡Hola Rodrigo!
Gracias.

Saludos de J.M. Ojeda
P.D. Me gusto su escrito.

cristal00k dijo...

Me gusta la luz que se respira en su guarida hasta la disposición de los objetos. Este otraje, también amigo de observar montaraces comportamientos, se tomaría un café ahí muy a gusto, sola o en compañía de ese can, incluso de cualquier conejo blanco.
Pero eso sí, y perdóneme vd. la intromisión... no me lo imagino meditando a Montesquieu en compañía de esa lámpara tan horrorosa. Es que soy como más de candiles.
Se lo perdono por el detallazo de esconder la TV debajo de una muñeca de faralaes, mucho mejor ¡donde va a parar!, pero yo de vd. me haría mirar lo de esa araña.
Viva vd. con toda la intensidad que le permita su sensibilidad amigo, y permítase también tanta liviandad como pueda, que andan los tiempos cargados de por si.
En fin, que me encanta la luz de esa foto y le agradezco que nos situe en su entorno.
Un abrazo fuerte.

Logan y Lory dijo...

Son esos rincones que reconocemos como propios porque los hemos hecho a nuestra medida, esos libros apilados en ese orden o desorden que nos gusta, ese olor que solo en ese espacio percibimos o esa esquina del sofá en la que nos acomodamos los que nos dan la sensación de hogar, solo ese lugar parece hacernos disintos, porque solo ese lugar es nuestro.

Tu hogar rezuma serenidad...

Un abrazo

Miss.Burton dijo...

Tiene una pinta preciosa su hogar.. dan ganas de sentarse en una de esas sillas, y tener una conversación como dios manda, con ud, que hasta al hogar le hace poesía, y qué menos...
La casa de uno, es su fuerte, el famoso castillo, donde uno se encierra a su capricho, cuando lo necesita, o abre las ventanas, y deja que la luz, el viento, o los que uno ama, entren a doquier. Y luego está algo que yo también llamo hogar, y son las personas que quiero, las que me importan de verdad. El sábado cené con varios de ellos, y cuando les miraba a los ojos, pensaba, hogar, dulce hogar, por fin regresé a el. Sí... La casa física de uno, es importante, y en ella somos verdad, al ámparo de unas paredes que guardan nuestros secretos, un sofá que acoge nuestros huesos con calidez, y esa cocina donde somos los mejores chefs del mundo, o aquel wc donde nos pegamos las mejores duchas... No sabe como le entiendo, lejos de mi casa, y de los que quiero, todo es NOLAND, pero... en la evolución está la progresión, y seguramente, y en años venideros, seremos habitantes de otras casas, y de otros parajes, y lo importante será, llevar en la mochila mucho amor, y una gran dosis de realidad, con eso se llega tan lejos como uno quiera, y se conquistan nuevos territorios-casas-ciudades...
Que se cuide, que yo miro la foto, y ya le digo que invita a ponerse un cafetito y a sentarse allí a contarle, que su hogar es una monada, y que le noto masmejor que nunca. Y hablando de hogares... quien sabe, yo siempre digo que la vida nos va llevando donde tenemos que llegar, y que esa casa, seguramente estaba esperándole. Pero no se acostumbre, que igual lo próximo es un ático de lujo en el centro de una bella ciudad europea con vistas de vértigo, y no se me mueve ud de la casita esta tan mona...
Un beso muy fuerte, y eso, compadre, que la extranjería mola, y mas cuando es elegida¡

Conciencia Personal dijo...

Me gusta la casita, cambió la decoración???

besos, Monique.

Sila dijo...

en cada mudanza, siempre desechamos objetos que sabemos no nos van a caber en el lugar donde vayámos a ir de nuevas... vamos almacenando cosas que llenan rincones, huecos en una estanteria o armarios, hasta a veces los metemos bajo la cama durante años y a final, en la mudanza nos damos cuenta de que son remplazables y que podrémos hacernos con similares en cualquier momento.... aunque sí nos llevarémos esos diminutos e insignificantes y que no siempre son visibles, pero que son los que realmente forman nuestro hogar allí donde nos dirijámos, los que forman parte de nosotros y nosotros de estos a la vez.