Intervalo gozoso

Author: Rodrigo D. Granados . /




Este sitio, como todos, es una timba de egos; un tira y afloja constante donde cada uno intenta hacer su santa voluntad sin demasiadas contemplaciones. El "Tomate" Amador por ejemplo, siempre tiene alguna justificación para las burradas de sus incontables churumbeles; "Juan el bestia", un motivo para liarse a mamporros con cualquier desconocido, y "La fofa", un buen negocio entre manos, que generará damnificados con toda certeza.
No es uno de esos lugares bucólicos habitados por campesinos simples y bonachones que salen en algunas películas progres, esto es "el extrarradio profundo"; y sin embargo, podría decirse que es la orillita, comparado con otros sitios que he conocido.
La tierra da lo suficiente para vivir de ella si se trabaja a conciencia; pero casi todos se ganan el jornal en la ciudad, y se refugian aquí por las noches y los fines de semana, en que dan rienda suelta a lo híbrido de su condición.
La manada de la familia de "los Decibelio", va llegando en vehículos discoteca, con los cristales vibrando de emoción, y sus cimarrones, tocan el claxon cuando han aparcado en el amplio patio (después de que les abrieran el portalón y por tanto notado su presencia). Inasequibles a la confidencia, mantienen sus diálogos de tenores hasta el domingo por la noche, en que el calendario se apiada de quienes aman el relativo silencio de extramuros.
Todos se odian más o menos veladamente, y están siempre dispuestos a desacreditarse. Como el ser neutral que soy, o al menos represento, me he convertido en el custodio de toda la malediciencia alusiva a los otros, y en las elegías de la bondad, nobleza y generosidad propias... más o menos como en cualquier parte.
El almacén de La Mari, es el lugar donde nos encontramos cada tanto; allí, "Vicente el de las cabras", me ha preguntado por Don José una media docena de veces en los últimos dos años, en todas ellas le conté que había muerto en la primavera de 2009, y meneó la cabeza otras tantas en actitud que representaba tristeza.
Dicho lo dicho, debo admitir que me gusta este rincón del mundo, para mí es como una especie de Proyecto Hombre para urbanitas; un lugar en el que desintoxicarme de décadas de metrópoli y hacinamiento; además, tenemos los mejores tomates del mundo. ¡Tienen un sabor!, un sabor que me recuerda... a los tomates.

5 comentarios:

Er Tomatito dijo...

Mae´tro, no sabia que conociera al Amador, si es que el mundo es un pañuelo por dio´
Los decivelos esos son un poco egoístas a mi también me gusta poner la musiquita bien alta, asin para que de gustirrin, pero me comparto y siempre lleva las ventanillas de la fregoneta bajá para que todos disfruten del tracatá.

¿De donde a sacao esas maravillas de la foto? espero que no le de por acerme la competencia que las cosas están mu chungas para mas intriocismo pofesional.
PLIÑ para el calabaciñ

mangeles dijo...

PLIÑÑÑÑÑÑ urbanita, para el Luzberito.


¡Qué ricos los tomates que saben a tomate¡ uhmmmmmm...me encantan...salero en mano y a mordiscos...

Y yo tengo que reconocer que a veces he tenido suerte con los vecinos rumbosos....en la Calle Huertas de Madrid, con un periodista de Tele Madrid....era abrir el balcón, y la sala se llenaba de salsa maravillosa.....y el muchacho en calzonzillos tampoco estaba mal.


Y en el Pueblo, era una jovencita vecina, que carretera por medio, y previas peticiones a gritos, nos hacía de pincha discos para disfrutar de las frescas mañanas.....


Y que envidia, todos esos cotilleos de los vecinos....


Veo que está pasando un bonito verano amigo Gumersindo.


Besos

Juan C. dijo...

Yo me pongo la música a tope en mi casa, también es un pueblo... y me están dando unas ganas de plantar tomates...

un abrazo semi-urbano.
Juan C.

flower dijo...

No... si aún tendré que ir a visitarle... aunque sea por los tomates, cachisdiez!!!

Hay gente que actúa no por sí mismos, sino para que vean los demás lo que hacen. Una gran mayoría de adolescentes necesitan de ese comportamiento para ir formando su personalidad. Lo malo es que algunos adolescentes ya tienen muuuuchos años. Esa es la pena, señor.

Besos rojos y dulces,

PD: A ver si nos llamamaos, que cuando volvamos a escucharnos, pareceremos perfectos desconocidos. Y no es el caso.

Mariola dijo...

Veo que sigue vivo, intacto, y con la misma ironía de siempre... No pasan los años por usted, y yo me alegro, de volver a saludarlo y de sus sabrosos tomates :) (que aquí no saben a nada, y lo jodido no es eso, porque a eso estamos acostumbrados. Lo jodido es que nos lo recuerden!!! jeje :)

Besito, hermitaño!